martes, 13 de mayo de 2014

La vida que no es

A veces uno se vuelve loco. Ya no quiere  nada.

Me dan ganas de ponerme un vestido largo que se sienta libre. Me dan ganas de cubrirme la cabeza y salir. Me dan ganas de sentir humedad en el viento, de correr sobre el monte y de no volver a ver jamás el sol.

Quisiera vivir en el silencio para poder gritar a gusto. Quisiera golpear la frente de una ternerilla. Quisiera no tener que sentir el calor, porque el calor me hace sentir aprisionada, sin ningún lugar a dónde ir.

Quisiera olvidar y no vivir. Es el sol, que me hace dormir. Yo buscaría un lugar plano que estuviera cubierto de nubes, que supiera soplar. 

Y yo, quisiera poder no escuchar.

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