miércoles, 18 de julio de 2012

Little mermaid

Mi mano sobre mi pecho, una rosa bajo mi palma. Despedidas. Pétalos blancos. Larga vida al rey. Y era tiempo de irme.

Y te vi al llegar. No más belleza marina, no más nívea piel. Los ojos negros, antes azules y hoy podridos, me miraban a manera de plea. Me dejaste morir, dijiste. Tus manos delgadas, con la gris piel muerta pegada a los frágiles huesos me tocaron la cara. Te fuiste, mi amor. No quisiste salvarme, me dejaste morir. Y reconocí las caricias, hace tanto tiempo ya. No lo recordaría el reino, no lo sabían mis hijos. La última vez que te vi, antes de mi noche de boda, estabas tan triste. Y esa misma tristeza la tenías impresa en tus casi desaparecidas facciones, una tristeza ahora añeja. Estoy seguro de que moriste esa noche, ¿no es así? ¿Dónde quedó tu hermoso cuerpo, tus caderas de mar ya no eran más la fina belleza y tus piernas ¿dónde están tus piernas? Han desaparecido. Pudiste haberme salvado esa noche, te amé y aún te amo. Quiero hablar y de mi boca salen burbujas. De la tuya, nada. Estamos en el agua, ¿verdad? Mi antiguo hogar. ¿Esto es lo que debía suceder? No sé por qué estoy aquí. No es lo que siempre nos habían dicho. Me lo debes. Lo siento. Lamento haberte dejado sola. Lamento haberme casado con otra mujer. Lamento haberte dejado morir. No quiero volverme como tú, ¿es eso lo que me espera? Si no soy, si no me convertí en espuma fue para ti, por esperarte. No puedo perder algo más. Sin voz, sin cola o piernas ¿por qué me amarás? No puedo dejarte ir. Te quedarás conmigo. Compartirás mi dolor. Te amo. Y tú también me amarás por siempre.




Dedicated with love to all those loves who were THE ONE and got away.

miércoles, 4 de julio de 2012

Ingenio

Recientemente mi papá comenzó con uno de los procesos más viejos del mundo. Bueno, no tan viejo.

Tomó un montón de frijolitos, los puso en la tierra, ...no creo que los haya regado... mucho... digo, hay una sequía en el estado (por si no lo sabían). Pronto se convirtieron en ejotitos que crecieron, y estuve allí para cortar algunos (por cierto, es increíble lo que pican esas plantas). Después se hicieron frijoles (verdes, se consumen mucho en el otro lado del mundo) y al final esperamos a que se secaran. 

El proceso para tener esos frijoles implica cortar las plantas (de tajo) y llevarlas a un lugar para que se sequen, preferiblemente con techo. Este proceso también implico la muerte de un gatito (I still mourn it: Hidromuria) debido a la extensa cantidad de insectos del mal (aunque pudo haber comido frijol crudo, esperemos que no; eso es más doloroso).  Las ramas se levantan y para sacudir los frijoles secos (estos se caen solitos) y así hasta que no quede ni un frijol. Finalmente se tira la rama, se barre el frijol, se rejunta y se vende.

Este frijol - al menos un poco de él, claro - terminó en mi casa, guardado en unas canastitas y esperando para ser limpiado, hervido y comido. Mi madre cocinará esos frijoles esta noche así que los estaba limpiando. Hasta que se hartó. Mi madre detesta limpiar frijoles. 
Le dije que yo los limpiaría, y el punto es que los frijoles de bolsita que ya venden en el super vienen completamente limpiecitos y mientras yo limpiaba los otros me dije:

"Mija, no creo que contraten mil personas para limpiar piedrita por piedrita a los frijoles, no... Deben tener un sistema, una máquina. ¿Cómo le harán?" Y entonces fue cuando se me ocurrió. Tal como albañiles, los agitan sobre una malla lo suficientemente grande para que se vayan las basuritas y lo suficientemente pequeña para que queden dentro los frijoles. 

Desgraciadamente, eso se miraba muy lejos de mis posibilidades. Miré la canastita, una canastita que compramos en una antigua misión en las regiones tarahumaras. Se usaban para poner semillas dentro. 

HOLD THE FUCK ON, estas canastillas tenían huecos. EN LA PARTE DE ABAJO. Así que comencé a agitarla y MAGICAMENTE el frijol se empezó a limpiar. Hasta las hojitas caían (y esas hojitas son igual de roño-pegajosas cuando secas que cuando vivas y verdes) y los terrones de tierra. 

Hay que admitir que estos rarámuris son extremadamente inteligentes. Canastas para semillas bien útiles. Me vi la cara de tonta pero apuesto a que mi madre hubiese terminado de limpiar las semillas ocho horas después. 

Mis respetos para la comunidad tarahumara y espero que algún día pueda estudiar su bello lenguaje. 

PD. Ya huele a frijoles cocidos. 
PD2. El SIL nos hace quedar mal, ojalá hubiera ganado Quadri para crear un instituto y le ganemos al tal Simon que nos ganó nuestros preciados tarahumaras, tan adorables que son, tan parecidos a mí... No, de verdad, ¿por qué parecemos hermanos? WTF




domingo, 1 de julio de 2012

Mucho psicoanálisis y poco sueño

Yo estoy en la cama, llorando. No es que sea significativo, siempre estoy en la cama y siempre quiero llorar. La figura que soy yo se retuerce en la cama, jala las cobijas y destiende la cama. Estoy llorando en furia. Es un llanto de furia porque me odio, porque me odio por hacerme esto, porque no soy feliz como los demás. Es normal, me odio. 
No sé en qué momento las cosas se sosegan, pero es cuando empiezo a sentir el ardor.
El ardor que se empieza por mis rodillas, y sube, como pelaje, arrastrándose sobre mi, hundiéndome en su brillante sombra. Tu pelaje -llamas- se arrastran como caricias sobre mi piel, ya sobre mis caderas, ya sobre mi ombligo y es cuando volteo en terror y te veo la cara. Monstruo. Demonio. El mismísimo diablo. Así es tu cara, cubierta de las mismas llamas que se abalanzan sobre mi cara y sobre mis labios y quema. 
Queman los labios, quema toda la piel. Soy un hierro ardiente, porque me siento completa cuando ya me has abrasado toda, toda. Estás encima de mi, y lucho, no te me acerques. Lárgate. 
Y tú luchas, tienes un arma y no estarás satisfecho hasta haberme traspasado con ella, un hierro ardiente -como yo- en tu mano. Quieres ponérmela en el pecho. Quieres partirme en dos con ella. Y por más que lucho, logras acercarte más y más. Tanto que respiro tu pelo. Y me trago tu fuego, que me quema la lengua, la boca por dentro, la garganta y los pulmones. Respiro negro. O ya no respiro. ¿Es acaso que ya no respiro? No importa, porque lo has logrado. Dentro, tu arma sella un hueco al mismo tiempo que lo abre. No hay sangre cuando sacas el corazón, un corazón negro, un trozo de terrón de loco seco. Mi corazón. ¿He muerto? No he dejado de pensar en el ardor. En la brasa. Tanto calor, tanto fuego. ¿Sigo viva, entonces? ¿Dónde estás, cómo lo has hecho? ¿Acaso sigues atacándome, ya muerta, con tus dagas vivas al fuego?

No, no te detengas. Esta cama está muy cómoda. Me doy cuenta porque he saltado de ella, la figura que soy yo se ha despertado de la misma pesadilla. Me vuelvo a arropar en el calor, espero que vuelvas, cualquier cosa es mejor que este infierno.