lunes, 21 de marzo de 2011

Una última vez

Llega al parque, y se sienta. La gente está distante. Nadie repara en su presencia. 
El parque no sirvió para su propósito, así que, inútil y en vano, se tira a llorar.


Baja la mirada, cierra los ojos, gime y llora. Las lágrimas le llenan los puños, caen en sus pantalones.


"¿Por qué?" Se pregunta a sí mismo. Y llora más. Todo está perdido, se dice.
"¿Por qué lo hice?" Se lamenta, y no encuentra forma de dejar de llorar.


"Nunca vino. Me fui de mi amado pueblo para buscarla. No estaba donde me han dicho. He hecho todo lo que me dijeron. La tienda, la casa, el gato... Todo. ¿Dónde fallé? Fallé en creerles. Fallé porque me vine a este horrible lugar que solo me trajo soledad. No está. Nunca vendrá. Me he cansado de esperar. Me quedaré solo, como vine. Como estoy ahora.
No. Yo me iré. Ya no tengo que esperar más. A la muerte, solo. Pero nadie más. Me llevaré a mi soledad conmigo, regresaré..."


Y mientras se condenaba a si mismo, su castigo psíquico le hacía sollozar, retorcerse de dolor, gemir de tristeza y derramar lágrimas en su lugar. Sintió una mano en su espalda...


Saltó de su lugar.


"¿Te puedo ayudar?"


Le preguntó la mujer. La mujer más bella que haya visto en su vida. Ella...
Él solo le miró. La admiró. Era ella.


"¿Te sientes bien?" Insistió ella.


Él no puedo contestar. Supo que todo el tiempo, había valido la pena.


"Gracias. Disculpa. Es que..." Y se volvió mudo ante ella. Ante su belleza.


"No te disculpes. A veces nos pasa. Mírate, ya estás sonriendo."


Y él rió. Era todo lo que le habían prometido.


"Ya me siento mejor. Siéntate. Mi nombre es Xol."


"Hola." Le contestó ella, tímida ahora. Sonriendo. Y se sentó.
 Después rió, y movió la cabeza. Era tonto.


"¿Qué?" Preguntó él, sonriendo. Parecía 10 años más joven.


"Siento como si te conociera. Como si ya te hubiera visto... De hecho..."
"De hecho, soñaste conmigo hace veintiún años."


Y ella dejó de reír. Le miró mal. Le miró feo. Pero no quería huir y no lo hizo. 


"Ya. Disculpa. Te invito un café y te lo explico."


Pero ella seguía sin moverse, sin dejar de mirarle. Atónita. En efecto, después de hacer memoria, él tenía razón. Nunca pudo olvidar ese sueño. El dolor. Era solo una niña pero marcó su vida, hasta ahora. Pero se había obligado a olvidarlo. Soñó con él. Xol. El niño que ahora ya no era niño. 


"Perdón. No tengas miedo. No muerdo." Y le ofreció la mano. Hasta sus canas se habían borrado. -Te amo- pensó. 


Y ella tomó su mano, y se fueron juntos. Tenían tiempo, finalmente. 

4 comentarios:

DaniEla dijo...

Me acordé de la historia de Penélope.

Alicia L. dijo...

¿Quién es Penélope?

El Ser Supremo dijo...

Oye allizzia, que bonito escribes, me gusta tu blog, parasare mas seguido por aca

Alicia L. dijo...

¡Aplausos al Ser Supremo!

Bow to him!!!