martes, 4 de mayo de 2010

Intocables.

Era importante. Guardar la compostura. Casarse bien y tener hijos. Con un intocable. Hijos intocables.

Pero no pudimos. La soledad. El peso. De que no pertenecíamos allí. Y la guerra. La libertad.

Y lo que nunca pudimos hacer. Regresar. A por ti. La soledad de nuevo. Y la TV.

Nos quedamos. Sin Mol, sin gemelo heterocigótico, sin Dios de la Pérdida. Sin barca, sin casa de la historia, sin fábrica de conservas y encurtidos.

Así. Se nos acabaron las palabras y los sentimientos. Y la vida.

Por que en esa casa, todos o se van, o son devueltos, o se mueren.

PD. Ese libro me afectó. Pero ya comencé otro.

8 comentarios:

Jony C dijo...

vaya...que buen escrito...me encantan cuando escribes así...

Frédéric dijo...

Qué bueno que empezaste otro...

Alicia L. dijo...

¿por qué?

El libro que acabo de terminar es... es que no encuentro palabras

Primero sentía que era así bien equis y de hueva... Pero te envuelve. Te... transporta.

Un mundo donde todo es diferente, y todo es igual.

Frédéric dijo...

Jamás critiqué tu libro...
solo me alegra que lo hayas acabado... ^^

actvservidor dijo...

Qué libro fué?

Alicia L. dijo...

El fabuloso libro de Arundhati Roy (o como se escriba, definitivamente es un nombre complicado)

El Dios de las Pequeñas Cosas.

actvservidor dijo...

Ahora todo tiene sentido para mi. Qué curioso: el texto así nomás no lo entendí pero cuando me dijiste el libro y volví a leer las frases anotadas en tu entrada... todo tomó sentido, como uno de esos rompecabezas electrónicos donde al no poder más le das "ordenar" y toma la forma correcta... esa sensación =)

saluos!
(ese libro está en mi lista de lecturas de este año)

Vain¡lla dijo...

Muy buen post, hasta me dio escalofríos...

Agrego tu link!